Éste es el primer deal concretado a través de
UP 4 Angels. La red de inversionistas ángeles se lanzó en mayo y su función es conectar a inversionistas de alto patrimonio con emprendedores que buscan socios estratégicos, así como facilitar el proceso de negociación.
Tiene previsto captar a cincuenta inversionistas este año.
“La red de inversionistas Ángeles fue lanzada hace un par de meses, durante un evento latinoamericano - El sexto seminario taller Prodem-, que fue coorganizado por nuestra Universidad. Nuestra red une a inversionistas con excedentes de capital y a emprendimientos y startups que necesiten financiamiento” indicó Luis José Giove, Jefe de incubaciones de
Emprende UP.
A través de UP4Angels, un inversionista ángel de Colombia adquirió una participación de la plataforma de crowdfunding chilena Weeshing. Francisco Cano asegura que la red de inversionistas ángeles es una de las mejores formas de tomar una decisión acertada a la hora de invertir en un proyecto.
“Cómo extranjero invirtiendo en el Perú hace nueve años, son pocas las alternativas que tiene uno para usar en el momento de tomar decisiones tan importantes como ésta. Todos los mecanismos que da la Universidad hace la tarea mucho más fácil”, explica Cano.
Weeshing es la primera plataforma online que permite captar fondos de inversionistas y destinarlos a financiar proyectos y campañas de bandas musicales. Weeshing identifica, a través de productoras musicales, a bandas de música con interés en realizar conciertos en Chile y les permite mediante su plataforma obtener los fondos para ello. Una vez concluidos los conciertos, los inversionistas tienen acceso a las ventas generadas y pueden recuperar su inversión.
Actualmente Weeshing opera en Chile, pero tiene previsto ingresar al Perú.
“En Chile hemos hecho Megadeth, Fito Páez, Morrisey, La Ley. Hemos levantando 1,7 millones de dólares hasta hoy. Más de 50 shows y los inversionistas han tenido una rentabilidad positiva” así nos lo cuenta Javier Hasbún, cofundador de Weeshing.
La historia de Weeshing se remonta al año el 2009, cuando una productora nacional quería cerrar el retorno a Chile de Faith No More y le faltaba financiamiento, razón por la cual tuvo que acudir a inversionistas privados.
El show finalmente resultó un éxito y todos los involucrados tuvieron un 100 por ciento de rentabilidad.