Manuel confiesa que al ingresar a la Universidad del Pacífico sufrió una pequeña decepción. Sucede que en sus años escolares en el colegio Markham había sido un destacado alumno cuya nota promedio (18) lo ubicaba en el tercio superior. Además, el ser jugador titular indiscutible en la selección de futbol del colegio sumaba motivos para la admiración de sus compañeros, y también para la vanidad adolescente. Pero en los primeros tiempos, siguiendo la carrera de Economía en la UP, sufrió un revés: su nota promedio fue 12. El nivel de los cursos era elevado y, también, había muchos estudiantes, provenientes de diversos colegios y realidades, con habilidades y talento más desarrollados. El contraste con su experiencia escolar previa tuvo, no obstante, un efecto deseable: incentivó en él el cultivo de la humildad al tiempo que el del espíritu competitivo. “Me di cuenta de que la Universidad del Pacífico, con las herramientas teóricas de tan alto nivel y la enseñanza no solo cognitivas sino de vida de tan buenos profesores, me enseñaba otra forma de competencia: no se trataba de ganar a los otros, sino de mejorar y superarme a mí mismo”, reflexiona. 

Otra de las cosas que aprendió en su alma mater fue a desarrollar amistad con sus profesores. Cuando no entendía bien algo de un curso, buscaba al profesor en la cafetería o en su oficina y se ponía a charlar sobre temas de economía. Así se iba nivelando. Fue así como, faltándole un semestre para terminar su carrera, consiguió su primer trabajo: Gustavo Yamada, profesor de Economía, le envió su currículum a Marcos Quiroz, CEO de EFIC Partners, una boutique de banca de inversión con sede en Lima. Éste lo entrevistó y le ofreció la oportunidad de empezar a trabajar como analista a tiempo completo en la empresa. 

MANUEL BRYCE (MB): En esta última ocasión aproveché mi estadía en Chicago para apuntalar mi tesis, que tenía como asesor al profesor Diego Winkelried (jefe del Departamento Académico de Finanzas de la UP). Como mi tesis era sobre los modelos de Equilibrio General Dinámico Estocástico (DSGE, por sus siglas en inglés), que tienen como objetivo describir el comportamiento de la economía en su conjunto mediante el análisis de la interacción de muchas de las decisiones microeconómicas, le escribí un correo al profesor Harald Uhlig, el macroeconomista alemán y eminencia mundial en el tema, que entonces era profesor de la Universidad de Chicago. Como la cosa más natural, me dijo que lo visitara en su oficina y me ayudó dando algunas pinceladas que ayudaron a darle forma y contundencia a mi trabajo. 

MB: Trabajo de lunes a viernes y los domingos. Sucede que con varias transacciones muy sensibles alrededor del mundo los clientes están pendientes y muy activos. Quieren saber cómo van sus procesos y te piden que analices esto y el otro, y uno tiene que estar siempre alerta y responder. Veo con mis jefes estrategia a seguir con el cliente, a veces tengo que hacer presentaciones y bastantes modelos financieros. 

MB: Y también fuera de ella. Por ejemplo, la semana pasada me tocó estar de viaje acompañando durante una semana a unos inversionistas que querían ver unos activos en Norteamérica, que estamos vendiendo. En el mundo financiero de Nueva York empiezas a las 9 a.m. y te puedes quedar trabajando tranquilamente hasta las 2 de la mañana. Y, sabes, creo que la dedicación, la paciencia y la resiliencia fueron otras de las cosas que aprendí en la universidad. La UP ayuda, digamos, a que uno tenga un soft landing en el paso de los estudios al trabajo en cualquier parte del mundo. Hay mucha gente que sale de otras universidades y le cuesta un poco más.