El paso de Alonso Gotuzzo por L'oréal ha estado marcado por desafíos desde un inicio. En 2017 ingresó a la compañía para liderar el negocio profesional, que en ese momento venía con 3 años de resultados durísimos en cuanto a venta, rentabilidad, pérdida de market share; y lo más complejo, contaba con un equipo sin un rumbo claro. Ante esta coyuntura, Alonso apostó por armar un plan para darle un giro completo al negocio de manera rápida, que le permitiera ganar tiempo para obtener "quick wins", que le permitieran tener la confianza de los diferentes stakeholders a los que se enfrentaba, y así, poder seguir avanzando.
En su plan, la comunicación constante fue un eje fundamental, ya que a su entender el equipo debía tener en claro algunos puntos importantes: ¿dónde estamos? ¿Cuál es la causa raíz de nuestros resultados? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo lo haremos por cada etapa? "El objetivo era básicamente celebrar las pequeñas victorias y ser muy claro con nuestras prioridades dando consistencia a los mensajes", apuntó.
"Este plan, construido con el equipo, generó resultados que honestamente no esperábamos. En el 2018 y 2019, la división profesional de Perú fue la de mayor crecimiento de la zona latinoamericana. Asimismo, se generó un "best practice" en la operación, el cual se buscó replicar en otros países. Para mí, lo más importante de este plan, es que desde el inicio hablábamos con el equipo de "dejar un legado" en este negocio y ese fue mi mejor regalo; ya que, se construyó algo que marcó la industria profesional del estilismo y realmente valorizamos la profesión de nuestros clientes mediante la innovación y el reconocimiento del mismo", detalló.
2020 fue un año particularmente retador para Alonso, ya que fue el inicio de la pandemia generada por la COVID -19 en nuestro país, junto con las medidas restrictivas para su contención, siendo el sector de belleza uno de los principales afectados. En este sentido, la coyuntura exigió cambios tanto al interior como al exterior de la empresa que lidera, así como a nivel personal. En este sentido, Alonso destacó seis acciones que tomaron como equipo:
- Preocupación genuina por cada colaborador: a través de reuniones del comité de crisis veían a detalle cómo se encontraban las personas del equipo, sus necesidades, y cómo desde sus casas podían ayudar a que se sintieran mejor y, así, promover el compromiso del propio equipo. Asimismo, evitaron los despidos, lo que brindó mucha tranquilidad al equipo de trabajo.
- Priorizar tanto las acciones como el tiempo de la gente: Comprendieron que era complejo estar en casa y trabajar permanentemente, por lo que procuraron priorizar proyectos a fin de generar el mejor balance vida-trabajo, que debido a la coyuntura, ya era complejo.
- Ganar horizontalidad y co-construcción: La experiencia del trabajo virtual les permitió tener una mayor cercanía y procuraron construir planes en equipo (co-construir). Lo más complejo de la pandemia es cómo lograr que desde el mundo virtual podamos seguir desarrollando la creatividad en los equipos y por eso la co-construcción es fundamental.
- Nuevas formas de comunicación y conexión con los clientes: Desde L'Oréal apoyaron y lideraron la creación de un gremio que ayude al desarrollo de sus clientes, ya que estaban muy afectados por la pandemia. Brindaron soporte y los ayudaron a coordinar para ver cómo juntos podrían cumplir con los requisitos para retomar operaciones cuidando a sus colaboradores.
- Aceleración de la estrategia de omnicanalidad del negocio y su transformación digital: Asumieron el reto de defender sus canales de ventas existentes e incrementar el negocio a través de nuevos canales que ya habían empezado a desarrollar previamente. Asimismo, tuvieron que reforzar las habilidades de sus equipos para que la transformación digital fuera parte del ADN de la empresa.
- Valoración de las nuevas formas de trabajar: La empatía y confianza son factores críticos en este nuevo mundo híbrido y desde L'Oréal buscan tener lo mejor de la virtualidad y la presencialidad, adoptando una nueva forma de trabajar, donde se pone al colaborador al medio de las decisiones, haciendo constantes evaluaciones para ver qué hay que corregir.
En cuanto a las metas de la empresa, Alonso señaló que a nivel de negocio sus márgenes de venta ya superaron los niveles pre pandemia, aunque aún tienen algunas categorías de productos que no llegan a estos niveles, como el maquillaje. Para él, los principales retos a hoy en día son: Manejarse en un entorno complejo de abastecimiento y con una estructura de costos que impacta a toda la industria – en particular a las empresas que importan el 100% de su portafolio; llevar a cabo con éxito el modelo de trabajo híbrido; maximizar su estrategia omnicanal en Lima y provincias sin descuidar el negocio habitual y seguir acelerando el crecimiento en nuevos canales como el ecommerce, donde apunta a que este represente el 10% del total de ventas en 2023, entre otros.
Deportes extremos con disciplina
En una faceta más personal, Alonso confesó que le gustan los deportes que le permitan tener contacto con la naturaleza, por lo que practica regularmente motocross, andinismo y mountain bike. Estos deportes extremos requieren mucha concentración y consistencia por parte suya.
"Lo que más me agrada es que cuando vas ganando práctica entregan un grado de satisfacción importante al poder llegar a lugares que nunca pensaría llegar en bicicleta, moto o escalando. Estos deportes se volvieron parte de mi vida y del balance de la misma. Diariamente me levanto muy temprano (4:45am) para poder practicar mountain bike y luego arrancar mi día laboral. Son días largos y agotadores, pero muy satisfactorios para mí. Motocross requiere más tiempo y una logística más compleja, por lo que sólo lo puedo practicar los fines de semana. Siempre he pensado que el deporte te da disciplina y hay muchas cosas que se aplican en la vida laboral", enfatizó.
La huella UP
Para Alonso, las experiencias de las empresas en que trabajó fuera y dentro de Perú, la formación de la UP y la educación que le dieron sus padres lo ayudaron a trabajar en su resiliencia, así como en la adaptabilidad ante entornos que podrían ser muy complejos. "La exigencia de la UP es necesaria para un mundo como el de hoy, que es cambiante, dinámico y donde la ética para hacer negocios es fundamental para el valor que buscan construir las compañías", remarcó.
En este sentido, aconsejó a los alumnos que aprovechen la experiencia de pasar años importantes de su vida profesional en una escuela que tiene un roce internacional reconocido y que puede abrir las puertas para las mejores empresas del país. No obstante, resaltó que deben entender que nada es fácil y que no se nace siendo "gerente" o que el egresar no significa que conseguirán puestos de dirección solo por ser de la UP. Para Alonso, el éxito profesional radica en la constancia de las personas, la humildad para aprender y trabajar en equipo y en buscar dar la milla extra para marcar la diferencia.
"Lo importante de la UP es que te da una gran base para entender el mundo laboral, manejar presión y situaciones complejas, que es la realidad en el día a día", finalizó.