El 25 de noviembre, ha sido declarado por la
ONU como el
día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Una jornada en la que se organizan diferentes campañas para poner en evidencia la violencia que hoy en día siguen sufriendo miles de mujeres y niñas alrededor del mundo. ¿Por qué es importante este día? Porque vivir en paz y armonía y sin sufrir violencia es un derecho de todos. Porque la violencia y especialmente la violencia contra las mujeres es un problema social vigente en el mundo. No es un problema nuevo, pero si es uno grave, porque tiene repercusiones que deterioran la calidad de vida y las interrelaciones sociales.
La violencia contra la mujer afecta también a todos los que están a su alrededor, especialmente a los más vulnerables como son las niñas, niños, adolescentes y adultos mayores. Podemos identificar distintos tipos y grados de violencia que van desde el maltrato verbal, físico, psicológico hasta la violación o el feminicidio como la expresión más extrema de violencia. Todas las formas de violencia son nocivas e inaceptables porque atentan contra los derechos de las personas, limitan su crecimiento, su sano desarrollo y su felicidad. La violencia siempre trae consigo más violencia, así como retraso para los individuos y para la sociedad en su conjunto.
En nuestro país, en los últimos años hemos experimentado un deterioro de la situación socioeconómica, que ha llevado a debilitar aún más las instituciones sociales y políticas. Según datos del
INEI, la pobreza monetaria en el 2020 afectó al 31,1% de la población incrementándose en 9.9 puntos porcentuales en comparación al 2019. La brecha de desigualdad se incrementó de 2,9% en el 2019 a 5,1% en el 2020 por la coyuntura de la pandemia. En 2019, 7 de cada 10 mujeres trabajaba en el sector informal. Así mismo, según el informe del INEI, los hogares jefaturados por mujeres se han incrementado de 42% en el 2019 a 58.2% en el 2020. Las atenciones de la línea 100 sobre hechos de violencia contra las mujeres integrantes del grupo familiar y por violencia sexual se incrementaron en un 97% durante el 2020. La Defensoría del Pueblo, en su Reporte de Igualdad y no violencia del 2020, señala que más de 5,500 mujeres y niñas adolescentes fueron reportadas como desaparecidas; de las 138 víctimas de feminicidio, el 25% había sido reportada como desaparecida previamente.
Los datos nos muestran que, si bien la coyuntura de la pandemia por la COVID-19 ha afectado a toda la población, durante este tiempo, la situación ha hecho que las mujeres se vuelvan, aún, más vulnerables. La convivencia en viviendas pequeñas y precarias exacerbó la situación de desventaja económica y social para las mujeres en el 2020.
Por estas razones nos parece importante conmemorar el día internacional de la NO violencia contra la mujer. Rendir homenaje a todas las mujeres que han sufrido violencia antes y durante la pandemia. A todas las víctimas de la violencia que sufren muchas veces en silencio de maltrato y depresión y que viven atemorizadas porque no saben a quién acudir, a dónde denunciar o no confían en que su denuncia será atendida adecuadamente. A todas las mujeres, campesinas, pobres y quechua hablantes que murieron víctimas de la violencia terrorista. A todas aquellas mujeres lucharon y fueron agredidas por defender los derechos humanos y los derechos políticos y sociales.
Es imperativo defender y fortalecer la institucionalidad democrática, el estado de derecho, los valores y ética que nos permitan enfrentar los retos para el desarrollo de una sociedad más justa y equitativa. Que permita que el Perú sea un espacio donde todos y todas podamos desarrollarnos humanamente y vivir, sin temores ni violencia y en paz y armonía.