Uno de los impactos de la pandemia de la COVID-19 ha sido la tendencia a la digitalización en las empresas, un cambio que “ha generado una sustitución gigante de la mano de obra”, según German Alarco, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico e investigador del CIUP. Tanto así que ha contribuido con el aumento de los niveles de desempleo y, como consecuencia, de la pobreza.
En el 2020, la pobreza alcanzó al 30 % de la población peruana, una cifra que no se había visto desde hace diez años. Alarco precisó que eso significó más de tres millones de peruanos pobres adicionales, de los cuales más de dos millones pertenecen al área urbana y el resto a las zonas rurales, donde el impacto ha sido menor.
“Lo que ocurre con la pobreza en general y la pobreza extrema, medidas en términos monetarios, es el resultado de lo que ocurre en el mercado de trabajo. Y lo que sucede en el mercado laboral es consecuencia de una producción que se está activando, pero con menores requerimientos de empleo”, explicó Alarco en el programa Cuadernos de Economía, transmitido por LaMula.
En este escenario de incertidumbre y aumento de pobreza, la entrega de bonos ha sido importante. Sin embargo, como mencionó el investigador del CIUP, solo se brindaron dos bonos universales que no han sido suficientes: el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó uno o dos bonos universales adicionales equivalentes al 2.3 % del PBI. “El nuevo Gobierno debe cumplir lo que dice el FMI de todas maneras”, expresó.
Aumento de la desigualdad
Así como la pobreza, la brecha de desigualdad en el Perú también se ha ampliado. Alarco indicó que se ha incrementado lo que se denomina distribución funcional del ingreso, que toma en cuenta salarios, ganancias e ingresos independientes. En este aspecto, nuevamente la pérdida de puestos de trabajo ha sido un factor influyente.
“La crisis ha generado muchas diferencias entre las personas que han mantenido empleo e ingresos con los que no tuvieron esa oportunidad ―argumenta el economista e investigador del CIUP―. La desigualdad y pobreza ha aumentado, así como la precarización y la gente subempleada”.
Alarco hizo hincapié en que las personas que mantuvieron sus ingresos aumentaron su nivel de ahorro, situación que torna viable una propuesta para subir impuestos. Para explicar esta idea, tomó como referencia el libro Capital e ideología de Thomas Piketty, donde se menciona que este tipo de medidas impositivas se implementaron en situaciones de crisis, como la que vivimos actualmente.
¿Es viable subir impuestos? Alarco ensayó una respuesta: “Claro que sí se puede aplicar impuestos sobre la renta más progresivos a personas y empresas en estos tiempos. No digo impuestos a la riqueza, pero sí subir la progresividad de las tasas de impuestos a la renta”.
Retos para el próximo Gobierno
Alarco sostuvo que el principal reto que tiene el próximo Gobierno es lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) denomina “reactivación transformadora”. Es decir, hacer frente a la crisis para enfrentar las grandes urgencias del corto plazo (sanitarias, económicas y sociales), pero con una mirada de mediano y largo plazo.
En ese sentido, el Foro Económico Mundial se refiere a un gran reinicio, en el que hay dos componentes fundamentales: la transición ecológica y el esfuerzo por la mayor equidad. Y recomienda agregar un tercer componente en Latinoamérica: la imprescindible diversidad productiva y exportadora.
Un tema fundamental ―explicó Alarco― es analizar qué está pasando con la mano de obra por unidad de producto.
Añadió que desafortunadamente cada vez se necesitan menos personas para producir, y si no se atiende esta problemática desde un Estado fuerte y eficiente, los resultados serán negativos. El Gobierno entrante tiene la responsabilidad de analizar estas variantes para poder reducir la pobreza y desigualdad.