Perú experimentará una alta tasa de crecimiento económico este año. Las proyecciones coquetean con una expansión de dos dígitos a pesar de la gran incertidumbre en torno a la economía. Mientras el Banco Mundial revisa su proyección al alza, del 8,1 por ciento proyectado en marzo a 10,3 por ciento, su última proyección de junio; el Banco Central en su reciente Reporte de Inflación mantiene su proyección de 10,7 por ciento de crecimiento para 2021. Al momento de escribir estas líneas, una serie de apelaciones presentadas por parte del partido Fuerza Popular han inhibido al Jurado Nacional de Elecciones de declarar un ganador en las elecciones presidenciales, aunque el conteo final apunta a que Pedro Castillo y Perú Libre gobernarán durante los próximos años.
¿Cómo se explica este resultado ante tanta incertidumbre?
El crecimiento económico es una medida de variación de la actividad. Como es de público conocimiento, Perú fue uno de los países más golpeados por la crisis sanitaria y las medidas implementadas para contenerla. Según el índice de severidad de Oxford, presentado por Our World in Data[1], Perú ha sido uno de los países con medidas más restrictivas durante la pandemia. En abril de 2020, con la implementación de medidas severas y una estructura productiva que no estaba preparada para el trabajo a distancia, el índice de actividad registró una caída de 40 por ciento relativo a sus niveles pre-pandemia. A diferencia de crisis previas, esta contracción fue "inducida", es decir, causada por las restricciones impuestas por el gobierno. Por ende, ante el relajamiento de las medidas, las perspectivas de recuperar el nivel de actividad económica pre-crisis de manera rápida se han materializado. Lo que explica las predicciones de crecimiento superiores a 10 por ciento para 2021. Cuando comparemos la producción que generemos durante 2021 con aquella de 2020, restringida por la pandemia y las cuarentenas, la diferencia entre ambas será significativa. La alta tasa de crecimiento corresponde a un efecto estadístico o "rebote".
Figura 1: Índice de severidad, Marzo 2020, Junio 2021
Fuente: https://ourworldindata.org/grapher/covid-stringency-index
El diablo está en los detalles
A pesar de estar cerca de equiparar los niveles de producción pre-covid no debemos mirar este escenario como un regreso a la normalidad. Los impactos sectoriales han sido marcadamente diferenciados. Las medidas para la contención del COVID se centraron en sectores intensivos en contacto humano, tales como restaurantes, entretenimiento y gimnasios. Asimismo, las restricciones a los viajes afectaron al transporte, la hotelería y el turismo con mayor intensidad. En contraste, mantener la agricultura abierta para procurar el suministro alimentario generó una serie de desplazamientos reflejados en el fenómeno de los "caminantes" observado cerca al inicio de la crisis. La agricultura registró una tasa de crecimiento positiva en 2020, y absorbió parte de la mano de obra que migró al campo.
De la misma forma, el dinamismo económico alrededor de la recuperación ha sido desigual. El sector público ha implementado un plan de reactivación muy agresivo, reanudando las obras públicas como mecanismo de impulso fiscal. La inversión pública de registró una expansión de 42,7 por ciento durante el primer trimestre de este año, relativo al mismo periodo de 2019. Con el impulso de la inversión pública, el sector construcción creció en 41,5 por ciento en el primer trimestre de 2021, relativo a primer trimestre de 2020, creando vacantes de trabajo.
La minería se muestra como otro de los sectores con perspectivas positivas. La marcada recuperación de China y el impresionante paquete de estímulo del Joe Biden en los Estados Unidos - que además implica un cambio hacia energías menos contaminantes - han llevado el precio del cobre a niveles récord, cotizándose por encima de los UD$ 4 la libra. Con ello, el BCRP estima que este sector se expanda en 11.4 por ciento durante 2021. El mayor precio de nuestras exportaciones, relativo a nuestras importaciones ocasiona mejoras en la balanza comercial y en la recuadación fiscal, reforzando la capacidad del Estado para realizar política fiscal contracíclica.
Figura 2: Balanza Comercial (Acum. 12 meses, MM de US$ ) y Precio del Cobre (US$ por libra)
Fuente: BCRP. Elaboración propia.
El Empleo avanza lento
A pesar de la rápida expansión de la producción, las cifras de empleo muestran una recuperación más lenta. La población ocupada a nivel nacional muestra una caída de 1.7 por ciento entre los primeros trimestres de 2021 y 2020. La recuperación del empleo es además desigual y precaria. A nivel geográfico, la Costa ha experimentado caídas de 4,9 por ciento, mientras la Sierra y la Selva muestran expansiones.
De la misma forma, la caída ha sido más severa entre las mujeres, con una disminución de 3,7 por ciento en la población ocupada femenina para el mismo periodo de análisis. Ello se debe al marcado sesgo de la ocupación de las mujeres en actividades de cuidado dentro del hogar y el sector Servicios. Las demoras en los planes de reapertura de los colegios y las restricciones aun vigentes en estos sectores no permiten su rápida reincorporación al mercado laboral. Finalmente, en términos sectoriales, la Pesca (23,4%) y Construcción (15,6%) son los sectores que han asborbido una mayor cantidad de mano de obra. A pesar de ello, la tasa desempleo se ubica en 7,5 por ciento, bastante superior a los niveles de 3,5 por ciento observados a fines de 2019.
Los indicadores de empleo más recientes, correspondientes a Lima Metropolitana, reflejan una dinámica similar. El empleo ha mostrado una recuperación de 73 por ciento relativo al trimestre marzo-abril-mayo de 2020 pero la población economicamente activa – en edad de trabajar y buscando activamente empleo - aún es 10 por ciento inferior a la de 2019. La baja calidad de este empleo se refleja en la contracicón del 30 por ciento en el empleo adecuado, relativo a los niveles pre-pandemia.
Nos encontramos ante una recuperación de la economía bastante desigual, a las personas que viven en la periferia urbana y que dependen fuertemente de los sectores intensivos en mano de obra han sido las más perjudicadas. Los indicadores de pobreza lo reflejan, mientras la tasa nacional aumentó de 20,2 a 30,1 por ciento durante 2020, la pobreza se incrementó más en las ciudades elevándose en 11,4 puntos porcentuales. A nivel rural la pobreza creció en 4,9 puntos.[2]
Ante este panorama es clave comprender que una rápida vacunación y vuelta a la eduación presencial serán indispensable para atender a las poblaciones más afectadas por la pandemia.
Futuro Incierto
La incertidumbre respecto al porvenir de la economía está limitando la capacidad de una recuperación más rápida, con empleo de calidad y que llegue a los sectores más desfavorecidos. Cuando uno debe tomar una decisión dificilmente reversible- i.a.: proponerle matrimonio a alguien, contratar a una persona de forma permanente o iniciar un negocio - la incertidumbre juega siempre en contra. Las elecciones presidenciales muestran un panorama complejo y la incertidumbre se ha reflejado en la salida de depósitos en dólares del sistema financiero del orden US$ 13 mil millones. Nuestro moneda, que ha brillado por su estabilidad durante los últimos 20 años, viene experimentado sus peores días, con una depreciación acumulada interanual del 13 por ciento frente al dólar y cercana al 20 por ciento cuando se compara con una canasta más amplia de monedas.[3]
Corresponde confiar en que nuestras instituciones declaren un ganador de la contienda electoral pronto y que éste trace una línea clara y creíble de reformas. La tarea no es sencilla, se debe plantear una reforma fiscal que permita la sostenibilidad de los esfuerzos contracíclicos; brindar confianza en la moneda situando al mando del Banco Central a una persona independiente y de probada trayectoria; y lo más importante, en caso modificar la Constitución, dejar en claro qué se cambiará y qué no. Todo a la par de atender las necesidades y reclamos de una población afectada por una de las crisis sanitarias y económicas más devastadoras de nuestra historia.
Las cifras macroeconómicas no son más que la suma de las decisones personales de consumo, empleo, ahorro e inversión. La población necesita de un panorama claro para tomar decisiones, de lo contrario, el crecimiento al cumplir nuestro Bicentenario patrio será recordado sólo como un año de "rebote estadístico", en lugar del inicio de un período de avance real y sostenible en indicadores sociales, empleo de calidad y desarollo económico.
[1] Thomas Hale , Noam Angrist , Rafael Goldszmidt , Beatriz Kira , Anna Petherick , Toby Phillips, Samuel Webster, Emily Cameron-Blake , Laura Hallas, Saptarshi Majumdar, and Helen Tatlow. (2021). "A global panel database of pandemic policies (Oxford COVID-19 Government Response Tracker)." Nature Human Behaviour. https://doi.org/10.1038/s41562-021-01079-8, tomado de https://ourworldindata.org/grapher/covid-stringency-index
[2] Cabe destacar que la cifra de 30,1 por ciento es un promedio del año. Las estimaciones del BCRP sitúan la pobreza por debajo de 25 por ciento para el cuarto trimestre de 2020. Fuente: Reporte de Inflación de Junio 2021, BCRP. https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Reporte-Inflacion/2021/junio/reporte-de-inflacion-junio-2021.pdf
[3] Al cierre de mayo el tipo de cambio real multilateral muestra un incremento de 19,1% en los últimos 12 meses.