El café
Don Salazar se origina en la familia de Arturo Marín, su fundador, quien pertenece a la tercera generación de una familia cafetalera del valle de Chanchamayo. "Crecí conociendo el ciclo productivo del café, viendo las necesidades de los productores, su esfuerzo en lograr un buen producto. Por ello, cuando mi padre me hereda la chacra, tomé la decisión de levantarla porque amo esa finca. Es por eso, que el logo de Don Salazar es mi papá caricaturizado y el apellido, es de mi mamá", comentó.
Esto lo motivó a interesarse en el café y buscar la manera de impulsar la caficultura peruana. Además, siempre estaba la interrogante de por qué los peruanos preferían tomar café instantáneo importado, siendo un país productor de un grano de excelente calidad, llegando a la conclusión de que uno de los puntos débiles era la dificultad en la forma del consumo, por lo que ideó una manera sencilla en la que cualquier persona pueda tomar un café de especialidad con la facilidad de uno instantáneo.
"Queremos acercar el buen café peruano a todo el mundo y que cualquier persona pueda prepararlo y disfrutar de una Buena taza de café, sin necesidad de ser un barista experto. Bajo esa premisa, hemos desarrollado una gama de productos con los cuales nuestros clientes tienen todo lo necesario: las medidas exactas, la molienda precisa y el método preciso para conseguir el café perfecto de una manera fácil y rápida", detalló.
Así como a otros emprendimientos, la pandemia también los obligó a transformarse de un negocio B2B, enfocado en capturar una demanda importante de café para darle un mercado a la producción de su finca, a un B2C. "Cuando cayó la pandemia, la idea del B2B se derrumbó, porque cerraron empresas y cafeterías. Entonces, cambiamos desde el día 1 al B2C. Creé la página web en menos de 1 semana, y comenzamos a potenciar mucho nuestro producto: "El kit del café perfecto" como la solución perfecta para tomar un café de especialidad en casa, sin necesidad de ir a una cafetería de especialidad. Empezamos a hacer mucho contenido digital, a innovar constantemente sacando nuevos productos, y realmente pegaron mucho en el mercado. Creo que, en ese sentido, la pandemia nos jugó a favor", sostuvo.
En este sentido, destacó el apoyo brindado por Emprende UP a través de las mentorías de expertos, el compartir su enfoque y experiencia, así como la ayuda en la búsqueda de financiamiento y contactos.
"Cuando decidí dedicarme al 100% a mi Start up y renunciar a mi trabajo de oficina, empecé a vivir mucho del día a día, y creo que le perdí un poco el foco macro o "gerencial", porque en un emprendimiento tú mismo eres todas las áreas: vendes, empaquetas, envías, haces la contabilidad, etc. Realmente haces de todo. Entonces, creo que en un momento donde nuestras ventas se intensificaron, yo empecé a hacer mucho de estas cosas operativas y empecé a perder un poco el foco gerencial "estratégico". Lo que rescato mucho del programa de incubación y aceleración son estas mentorías que teníamos, donde me hacían dar un paso atrás, para analizar y ver la ruta trazada y darme cuenta de que tenía que ver la estrategia del negocio, analizar mucho la data, y ver el negocio de una manera más macro, sin perder de vista al cliente", resaltó.