Fabian Vallas
-¿Cuál es su balance de los cinco años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba?
En el período del gobierno de Barak Obama se produjo una notable mejora en los lazos bilaterales, con el fin de debilitar al régimen castrista desde el interior del sistema, mientras que la estrategia de La Habana era romper el aislamiento.
No obstante, cuando llega Donald Trump a Washington, la iniciativa termina y lo que hay ahora es un retroceso de lo logrado por el ex mandatario demócrata.
-¿La situación se agravará en este año electoral?
Sí, el presidente republicano necesita asegurar el voto de los cubanos en Florida. El hecho de que Trump mantenga relaciones con los gobiernos de Corea del Norte, Vietnam y China y sostenga fríos vínculos con Cuba es un total anacronismo.
Ahora, Trump endurecerá la relación con La Habana y se debe reconocer que Obama y Jimmy Carter fueron los únicos mandatarios estadounidenses que trataron cambiar la política hacia la isla.
-¿Es justo decir que Washington está preso del lobby de los cubanos anticastristas?
Hay una coincidencia de intereses. Mientras que el presidente Trump necesita ganar Florida, los cubanos favorecen a un gobierno nacional que está en contra del comunismo. Los republicanos tienen demasiadas diferencias con los comunistas.
La política anticastrista de Washington se encuentre determinada no solo por querer ganar las elecciones en Florida, sino también por una cercanía ideológica conservadora que conduce al rechazo del Gobierno de La Habana.
-¿Cree que se mantiene el peso del lobby cubano en Florida ante el crecimiento de otras comunidades?
Ellos tienen el dinero y la influencia. Lo único que podría amenazar la preponderancia de los cubanos en Miami es el aumento de la migración puertorriqueña.
Las otras comunidades no tienen ni la organización política ni la cohesión que tiene la comunidad cubana en Estados Unidos. Ni siquiera el cambio generacional lo ha debilitado, como revela un estudio de la Universidad de Miami.