Junto con Andrea Lluch (Universidad de los Andes) y Marcelo Bucheli (University of Illinois at Urbana-Champaign), Martín Monsalve Zanatti es editor de Historia Empresarial en América Latina: temas, debates y problemas. Publicado por el Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico en coedición con la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes (Colombia), el libro echa una atenta mirada sobre el tema desde dos ópticas: los casos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, de un lado, y, de otro, el examen de aspectos neurálgicos en el desarrollo de las empresas. Investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico y docente de la misma casa de estudios, Martín Monsalve es autor del capítulo sobre Perú, en el que desvela las debilidades del Estado, entre otras características.
ALUMNI UP (AUP): ¿Es posible hacer una historia empresarial de América Latina?
MARTÍN MONSALVE ZANATTI (MMZ): El libro apunta en esa dirección. Trata de distinguir los rasgos comunes a la región que nos permiten hablar de un capitalismo a la latinoamericana, así como de las particularidades de cada uno de los países.
AUP: ¿Qué define entonces a la empresa latinoamericana?
MMZ: Existen varios factores que van definiendo las características del sistema empresarial latinoamericano. La diversidad geográfica y poblacional influye en las comunicaciones, en la centralización o regionalización del tejido empresarial, y en la formación de los sistemas laborales. Un segundo punto, ligado con el anterior, es la importancia de los inmigrantes en la formación de las empresas modernas a finales del siglo XIX y principios del XX. En tercer lugar, los problemas institucionales contribuyen a formar barreras de entrada e información asimétrica en los mercados latinoamericanos. A las deficiencias institucionales se suma el alto nivel de incertidumbre, tanto económica como políticamente, lo que no ha contribuido a la formación de mercados financieros sólidos; pero ocasionalmente ha favorecido contactos cercanos entre funcionarios públicos y empresarios. En estas circunstancias, las familias empresarias han sido la clave para el desarrollo del sistema. Se ha pasado por diversas formas de organización (empresas familiares, grupos económicos, corporaciones por accionariado difundido), aunque en todas ellas, las familias empresariales han sido clave, tanto en la gran empresa como en las pymes. Todos estos factores interactúan entre sí, no se trata de un listado estático. Por ejemplo, la empresa familiar del siglo XIX es muy diferente de la empresa multilatina de la actualidad.
AUP: Vistas las cosas en perspectiva, ¿qué diferencia al desarrollo empresarial peruano del desarrollo empresarial de la región?
MMZ: Como ese es el tema central del capítulo sobre Perú, me limitaré a dar unas pinceladas. El legado virreinal es fundamental para entender la paradoja de contar con un Estado con debilidades institucionales serias, pero con fuerte influencia en el desenvolvimiento de la economía. Otra particularidad, tal vez compartida en alguna medida con Chile, es que las posiciones de las grandes familias empresarias y las firmas que fundaron han variado notablemente a lo largo del tiempo. Comparativamente contamos con muy pocas empresas centenarias. Finalmente, aunque forma parte de otro trabajo por publicarse, las empresas peruanas tienden a adoptar y a producir menos tecnología que en los casos de los otros países estudiados. Existen más particularidades, por lo que invito a leer el libro.
AUP: ¿Cómo ha variado esa definición de “empresa latinoamericana” en el caso peruano?
MMZ: Estudiamos cómo el sistema empresarial peruano ha cambiado a lo largo de más de doscientos años a través de Estado y empresas estatales, empresas multinacionales y grandes empresas y/o familias empresarias locales. No se trata de un sistema empresarial estático, ha ido evolucionando paulatinamente. Por ejemplo, hemos pasado de las casas comerciales diversificadas del siglo XIX a corporaciones especializadas en venta de bienes de capital y de servicios. Sin embargo, hay una tendencia en el largo plazo: las grandes empresas tienden a concentrarse en servicios, bienes de consumo no durables, y producción y comercialización de bienes primarios.
AUP: ¿Diría que la inestabilidad del gran empresariado es una particularidad del empresariado peruano o es una característica común en Latinoamérica?
MMZ: Es una característica compartida con uno que otro país de la región. Esta precariedad ha sido producto del alto grado de incertidumbre política y económica combinada con las debilidades del mercado de capitales y de trabajo.
AUP: ¿Qué ha impedido que el Estado pueda desarrollar un marco institucional sólido para promover el desarrollo empresarial en el Perú, en qué ha fallado?
MMZ: Con debilidad institucional del Estado, aludimos a cosas tan elementales como garantizar la seguridad, y el acceso a la justicia, educación y salud. Pero también a las reglas con respecto a impuestos, libre competencia, y a la administración macroeconómica. La debilidad del Estado con respecto a estos factores ha ocasionado que las crisis económicas en nuestro país tengan una duración más larga que en el resto de la región y afecten el desarrollo empresarial en el largo plazo. En segundo lugar, los conflictos entre Ejecutivo, Congreso y Poder Judicial no son nuevos. Se inician con nuestra historia republicana y tienen efectos directos sobre la inversión extranjera y local. Es indispensable abandonar el discurso binario Estado versus sector privado para que este último se desarrolle, y también lo es contar con instituciones que eviten barreras de mercado y monopolios (privados o estatales), que generen capacidades para el desarrollo tecnológico, y que fortalezcan los mercados laboral y financiero. ■
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