La magnitud de los problemas ambientales que debe enfrentar la humanidad en las próximas décadas requiere volúmenes de inversiónque exceden la capacidad financiera de los gobiernos. En ese sentido, la implementación de las políticas públicas en materia ambiental enfrenta el desafío de movilizar recursos financieros del sector privado para incrementar su efectividad.
Frente a esta necesidad de convocar al sector privado es importante que se desarrolle un lenguaje común, de manera que las intervenciones en materia ambiental puedan presentarse como proyectos que, sin descuidar la búsqueda de lograr objetivos ambientales, puedan adoptar una perspectiva financiera que pueda ser compartida con los proveedores de recursos financieros.