Escuela de Gestión Pública

¿Renegociar contratos?

Por: José Luis Bonifaz, Director de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico 
Fuente: El Comercio 

Durante la actual campaña presidencial, algunos de los candidatos se han pronunciado de manera textual en sus planes de gobierno o a través de declaraciones a favor de la renegociación del contrato de exportación del gas de Camisea. Otros han manifestado que no son "partidarios de abrir un debate innecesario sobre pactos ya firmados por el Perú, porque eso puede generar incertidumbre jurídica". Asimismo, indican que la propuesta "no es la renegociación, sino que apunta fundamentalmente a masificar el consumo del gas". Es más, se ha escuchado decir que la renegociación del mencionado contrato "no es un tema de debate de si eres de derecha, de centro o de izquierda. Es un tema de dignidad para el Perú". Incluso algunos candidatos dijeron-hace menos de un mes-que no y ahora dicen que sí a la renegociación. 

Sabemos que para modificar un contrato las partes que lo suscriben deben acordar la modificación. Sin embargo, en el caso de los contratos de concesión existen cláusulas que protegen al inversionista de cualquier arbitrariedad del Estado, de manera tal que cualquier demanda por incumplimiento debe ser vista por un tribunal arbitral en el extranjero. Por eso, un contrato se puede modificar cuando ambas partes están de acuerdo, ya que ni siquiera pueden ser modificados por una ley. 

En caso extremo, sin embargo, existe siempre la posibilidad de que el Estado modifique unilateralmente ciertas cláusulas por razones de interés público debidamente sustentado. Justamente para evitar el abuso de estas cláusulas, existen las garantías y seguridades que el Estado otorga al inversionista privado en el propio contrato de concesión. 

Por lo tanto, pensémoslo bien. Durante los últimos veinte años, el Perú se ha ganado en la cancha el título de país que respeta los contratos. Se dice que en nuestro país no existe el mismo riesgo regulatorio que sí existe en otros países de América Latina. Por eso los inversionistas vienen al Perú. En realidad, las señales y las formas de actuación del Estado son las que generan confianza y percepción de seriedad. 

¿Se puede renegociar este contrato y cualquier otro en el Perú? Sí, por supuesto que sí, pero que quede claro que hay un alto costo de hacerlo y esto podría resultar en un aumento del riesgo que pagarán las futuras generaciones. Recordemos que cuando se firmó este contrato en el 2004 el precio del gas estaba a 10 dólares y luego en el 2008 cayó a 2,5 dólares. Por eso los contratos son a largo plazo: para que las fluctuaciones de la economía sean disipadas a lo largo del tiempo por el Estado y los inversionistas. 

Por otro lado, es preciso añadir que cuando se firmaron otros contratos de concesión a partir del 2006 considerando las tarifas en soles-como los de saneamiento y algunas carreteras-, nadie pensó que el tipo de cambio iba a subir a los niveles de hoy. En este caso, los perjudicados (si no supieron manejar esta subida) son los concesionarios, pero está claro que ellos deben "aguantar" la depreciación pues "así se firmaron los contratos". Aquí no hay espacio para la renegociación pues los privados sabían las reglas del juego desde la firma del contrato. 

Por eso, el mensaje a los candidatos es que mantengan la cordura. El futuro de las concesiones y de la inversión privada, motor fundamental del crecimiento del país, está en juego. Reflexionemos todos.
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