Escuela de Gestión Pública

La nueva normalidad del mercado: la interacción virtual, por Julio Aguirre

Todo indica que, concluida la cuarentena y con el riesgo de contagio latente, la nueva normalidad de nuestras actividades es una que rije en torno al internet con mucha intensidad en interacción virtual. Los "tele" trabajo, comercio, educación, entre otros, serán utilizados con mayor intensidad, mientras no se disponga de una vacuna y/o un tratamiento médico consolidado o confiable contra el temible nuevo coronavirus.
 
Sin embargo, persiste la necesidad de más inversión en infraestructura. Con una brecha estimada de casi US$ 32 mil millones para acceder a internet básico y a más velocidad[1], no solo nos ubicamos en una posición bastante rezagada respecto de otros países como los de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), grupo al que aspiramos algún día pertenecer, sino que también se imponen restricciones a un real aprovechamiento del uso del internet. De hecho, países como Corea del Sur o Suiza vienen utilizando internet 5G, de alta velocidad, tecnología a la cual, por ahora, aspiramos a tener y utilizar.
 
En lo sucesivo, la educación continuará realizándose en modo virtual, lo que se constituye en una oportunidad para expandir cobertura, cantidad y calidad de los programas educativos; la limitada afluencia física a los comercios no será suficiente para su sobrevivencia, siendo el telecomercio la chance para acceder incluso a mercados foráneos; y, de acuerdo a recientes reportes[2], casi el 60% de trabajadores trabajará desde casa, lo que puede devenir en mayor productividad y ahorros (costos de transporte, por ejemplo).
 
Lograr las oportunidades mencionadas requiere conexiones ultra rápidas, para lo cual se necesita más infraestructura (antenas en zonas de alta densidad) y la mejor tecnología disponible (fibra óptica en centros urbanos y redes microondas en zonas alejadas). Según el OSIPTEL[3], existe una brecha de 12,437 Estaciones Base Celular para atender la demanda de acceso a internet y comunicaciones de voz desde las redes móviles al año 2021.
 
Dado lo anterior, para que las transacciones se ajusten y adapten mejor a la nueva normalidad, es necesario sentar las condiciones necesarias para disponer de la infraestructura y tecnología mencionadas, y del uso de nuevas plataformas digitales con mayores velocidades, y lograr alcanzar, ojalá en un horizonte no tan lejano, a países como Corea del Sur o Suiza.




[1] Bonifaz, J. L., Urrunaga, R., Aguirre, J. y Quequezana, P. (2019). "Elaboración del cálculo y diagnóstico de la brecha de infraestructura de largo plazo (2019-2038) en el Perú". Reporte para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Julio (en proceso de publicación).
[2] Día 1. Suplemento del diario El Comercio, del 29 de junio de 2020.
[3] OSIPTEL (2020). OSIPTEL: Facilitador de Conectividad en Tiempos del COVID-19. Las acciones Adoptadas para Regular las Telecomunicaciones en el Perú. En: osiptel.com, Año-7, Edición Nº29, Junio.
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