La motivación en el trabajo es un tema ampliamente estudiado y, a pesar de
ello, no deja de llamar la atención. Diversas teorías existen sobre el tema,
desde las clásicas hasta las contemporáneas, y a veces diera la impresión de que
no se supiera por dónde empezar, en cuanto a motivar al personal se refiere. Si
puede resultar difícil motivar al personal de grandes corporaciones, ¿será
posible motivar a trabajadores de empresas que están iniciando su ciclo de vida
y que, probablemente, afronten muchos problemas en esta etapa?, ¿es acaso posible
motivar sin incentivos económicos? Abordaremos las respuestas a estas preguntas
a continuación.
La motivación es el impulso que nos lleva a alcanzar ciertos objetivos, es
el ánimo que nos lleva a proceder de determinada manera. Una de las opciones es
no apartarse mucho de las teorías clásicas de motivación que se basan en la
satisfacción de necesidades, para comenzar a encontrar elementos que motiven a
los colaboradores.
Las necesidades que intentan cubrir los colaboradores son diversas. Si bien
ingresos adecuados garantizan una calidad de vida deseable, contar cada vez con
un mejor sueldo no necesariamente motiva a las personas. Lo que ocurre es que
con un ingreso mejor, los gastos de estilo de vida se incrementan y la necesidad
de un mejor sueldo vuelve a aparecer. No es la intención de este artículo
afirmar que la compensación económica no es importante. Por el contrario, para
profundizar en temas de motivación consideremos como condición previa que el
sueldo permite cubrir necesidades básicas.
Si el sueldo no se puede incrementar, si los presupuestos de las empresas demandan
austeridad, ¿por dónde se empieza a motivar? Lo primero es crear un clima de
confianza y comunicación. Comunicación que permita a los colaboradores saber
qué situación afronta la empresa, sus proyecciones, cómo van los
planes de crecimiento. Es decir, deben conocer que los esfuerzos se están realizando,
aunque todo emprendimiento en sus inicios es difícil. En este sentido, los
colaboradores deben sentir que hay equidad interna. Esto significa que al interior de la empresa no haya dudas de que existe claridad y transparencia respecto de las políticas de retribución. De esta manera, el colaborador estará
convencido de que su empresa se preocupa por la equidad interna.
Cuando un inversionista se vincula en la creación de una nueva empresa
tiene mucha ilusión y, a la vez, es consciente del riesgo que afronta. Lo motiva
el simple hecho de ver que su producto o servicio es demandado y sabe que, a
futuro, la situación mejorará en diversos aspectos. Los colaboradores que
acompañan al inversionista deberían sentir lo mismo. A pesar de que no son
socios aportantes de dinero, son socios aportantes de habilidades esenciales y
la ilusión por el trabajo debería estar presente.
El sentido de pertenencia a la empresa, el identificarse con la misión y
visión de la misma, genera motivación. Esto va ligado a sentir orgullo por la
labor realizada, por el producto o servicio que se ofrece. Es así que,
nuevamente, la comunicación adecuada y el esfuerzo por que el colaborador
reconozca la importancia del trabajo que se realiza para la sociedad, tendrán
un efecto positivo en los colaboradores.
El reconocimiento al colaborador también es un factor de motivación.
Reconocer no significa otorgar un bono económico. Reconocer es resaltar una
contribución importante. El reconocimiento, podría incluso, ser compartido con
los miembros de la familia del colaborador.
Algo muy propio de las empresas que se acaban de formar es que todos los
colaboradores comparten esfuerzos para que se alcance el éxito. Por ello, las
posibilidades de aprender, no solo de la propia función sino de las de los demás,
están presente. Las posibilidades de aprendizaje permanente son factores que
motivan.
Es muy importante que se elija al personal adecuado. Colaboradores con la actitud
correcta y en sintonía con la propuesta empresarial y con los valores de la
empresa estarán motivados. Los conocimientos se pueden adquirir, pero la actitud
debe ser parte del trabajador. El
emprendedor debe encontrar a las personas que encajen en la filosofía de la
empresa y propiciar un ambiente apropiado de comunicación, para que los
colaboradores trabajen por la mejora y crecimiento de la empresa.