por Guido Sanchez (SYSA Cultura Emprendedora)
¿Qué son las capacidades
emprendedoras?
Son las características que distinguen a los
empresarios de éxito: la capacidad de ver oportunidades, ser perseverante, asumir
riesgos calculados, buscar información de manera sistemática, respetar los
compromisos, mantener una autoestima alta; entre otros.
Estas características están en el ámbito de
las actitudes del “ser”, más que en el ámbito de las aptitudes del “saber hacer”. Por lo tanto, ser
emprendedor es simplemente ser emprendedor; se trata de soñar, actuar y comportarse
como tal. En suma, es un estilo de vida particular que presenta dos
características exclusivas: la creatividad y la visión de futuro o capacidad de
anticipación.
La educación, entonces, debe buscar que las
personas se vistan de esta nueva personalidad: la personalidad emprendedora. El
desarrollo de capacidades emprendedoras en las personas; independientemente de
la edad (cuanto antes empiece mejor), el sexo, el nivel educativo, el estrato
social o cualquier otra variable socio económica hará que las personas sean valiosas
con valores.
PCE
es una persona con capacidades
emprendedoras; una
persona valiosa con valores. En otras palabras, es valiosa porque genera
“valor” en las actividades que realiza; cualesquiera sean éstas. Si la persona
se encuentra desarrollando una actividad de manera dependiente, entonces es un
empleado valioso; es decir, un empleado emprendedor. Por otro lado, si está
desarrollando actividades de forma independiente, será capaz de generar
servicios y productos competitivos. En consecuencia, es razonable que cualquier
proceso educativo trate de desarrollar estas capacidades emprendedoras en sus
estudiantes.
Emprender es acometer acción alguna con
cierto grado de dificultad. El temor por iniciar algún emprendimiento económico
se manifiesta en diversas excusas: “no tengo capital”, “no nací para ser emprendedor”,
“no tengo las herramientas suficientes”; entre otros argumentos.
De esta manera, las excusas -justificadas o
no- involucran temores reales, los cuales limitan el emprendimiento de un
negocio. Por ende, eliminar estos temores significa diseñar estrategias que
reduzcan la ansiedad de emprender. La mejor manera de liberar el emprendimiento
es desarrollar las capacidades emprendedoras en las personas por dos razones:
En primer lugar, cuando una persona atiende,
comprende y practica el proceso emprendedor se da cuenta de que los temores
para emprender son infundados.
La segunda y más importante razón es que una
persona con capacidades emprendedoras tarde o temprano formará su propia
empresa. Cuando una persona es valiosa con valores, se le presentan dos alternativas: (1) un tercero le propone
asociarse para desarrollar un emprendimiento juntos o, mejor aún, (2) él mismo se
percata que las personas aprecian y valoran su trabajo; en este caso, está listo
para el emprendimiento.
En conclusión, la característica más
evidente de un emprendedor es la de ser una persona que genera valor en las actividades
que desarrolla. De ese modo es que se puede identificar a un potencial
emprendedor.
Dos son las contribuciones que la UP nos
alcanza a quienes pasamos por las aulas: una formación académica sólida en
gestión empresarial y, una red de
contactos potente. Aspectos
fundamentales para desarrollar emprendimientos dinámicos. Gracias UP.