Desde hace casi 4 años, la UP decidió hacer explícita su misión fundacional, la cual inspiró a un grupo de empresarios católicos a crear la Universidad del Pacifico, allá por el año 1962, y a buscar a la Compañía de Jesús para confiarle su puesta en marcha inicial debido a sus valores y trayectoria en la dirección de instituciones educativas a nivel internacional.
"Formamos líderes responsables para el mundo", una pequeña frase que resume nuestra aspiración máxima como universidad. Recogiendo las palabras de nuestro Rector, Dr. Felipe Portocarrero, brindadas en el evento de Bienvenida a los Cachimbos hace unos días atrás, nuestra misión plantea la formación (no solo instrucción técnica) de seres humanos íntegros, cuyo liderazgo cobra sentido cuando es puesto en práctica para el beneficio de los demás. No se trata de formar a los mejores del mundo, sino a los mejores para el servicio del mundo.
Chris Lowney, ex jesuita y ejecutivo de J.P. Morgan, en su libro "Liderazgo al estilo de los Jesuitas", analiza y describe los principios del liderazgo que han guiado a la Compañía de Jesús en sus casi cinco siglos de existencia, y que son una referencia importante para entender el tipo de liderazgo que la UP busca fomentar tanto en sus estudiantes como entre sus profesores y colaboradores administrativos.
El primer principio que señala Lowney es el "autoconocimiento". Sin conocer nuestras reales fortalezas, debilidades, gustos, intereses y aspiraciones más profundas, resulta casi imposible hablar de un liderazgo real. El identificar y reconocer nuestras debilidades nos hace más humanos y sinceros, abriéndonos a oportunidades de colaboración con personas que nos permita complementarnos, así como a reconocer la necesidad de un aprendizaje contínuo.
El segundo principio es el "ingenio", también entendido como creatividad pero manteniendo la autenticidad con lo que somos. Antes que buscar liderar grupos humanos, se debe buscar ser líder de uno mismo, tomando decisiones de acuerdo a nuestros propios objetivos. Siendo originales y desprendidos, uno puede innovar y no solo adaptarse al cambio, sino generarlo.
El tercer principio es el "amor". Flanqueado por la caridad y la modestia, el amor por lo que se hace y por el prójimo permite trabajar con pasión y dar lo mejor de uno, a la vez que logra anteponer el bienestar general al particular, dejando de lado actitudes egoístas e incentivando de esta forma el trabajo en equipo y la cooperación.
El cuarto principio es el "heroísmo". “Apuntar siempre alto” o “buscar ir más allá” son frases que guardan relación con este principio, el cual en lenguaje jesuita es reconocido como “Magis”. En simple, uno debe buscar siempre ser más, no tanto por el beneficio que le trae a uno mismo en términos económicos o de prestigio, sino en función de qué tanto esa mejora permite servir mejor… un proceso de nunca acabar.
La formación de líderes responsables para el mundo requiere que las personas tengan un gran conocimiento de ellos mismos, desarrollen su ingenio y creatividad, así como su capacidad de amor al prójimo y ese heroísmo que les permita apuntar a aquellas cosas que para otros resultan inalcanzables, y mejorar continuamente. Para ello, la UP complementa en su propuesta formativa el espacio de clases, que principalmente desarrolla conocimientos, con actividades fuera de ellas, las cuales permiten desarrollar actitudes y habilidades claves para el tipo de profesionales que buscamos formar. A continuación se procede a detallar algunas de ellas, relacionándolas con los principios de liderazgo descritos por Lowney.
El servicio de apoyo psicopedagógico y el programa de tutoría que ofrece la dirección de Gestión del Aprendizaje, así como las actividades diversas que brinda el área de Asesoría Religiosa de la Oficina del Preboste (como retiros espirituales, círculos de lectura y espacios de reflexión), permiten a los estudiantes conocerse mejor y descubrir sus propias vocaciones y objetivos.
Las actividades de arte, cultura y deporte que ofrece el área de Formación Universitaria de la Oficina del Preboste, promueven el desarrollo de diversas inteligencias más allá de la tradicional, vinculada a aspectos numéricos y de lectoescritura, impulsando así el ingenio y la creatividad en los estudiantes. El Centro de Emprendimiento e Innovación (EMPRENDE UP) brinda también eventos (como las ventanas emprendedoras) y programas (capacitaciones, concursos de proyectos, asesorías a emprendedores) que permiten despertar el espíritu emprendedor y así transformar la creatividad en innovación.
El área de Fomento de la Participación Universitaria (FOPU) y el área de Formación Universitaria de la Oficina del Preboste, ejecutan programas y actividades que permiten desarrollar ese amor al prójimo que se ve materializado en el respeto al otro y el compromiso con mejorar las diversas situaciones del entorno que nos rodea. La primera de ellas trabaja en el fortalecimiento de las organizaciones juveniles lideradas por estudiantes de la UP y la promoción de acciones voluntarias, mientras que la segunda de ellas coordina el Programa de Trabajo Social Comunitario en el cual los estudiantes brindan 60 horas de su tiempo, a lo largo de la carrera, en obras con objetivos sociales.
El alto nivel de exigencia que caracteriza a la UP en sus clases, también es replicado en estas actividades fuera de ellas, generando la búsqueda de la mejora contínua pero que, articulado con fines sociales, permite alcanzar el concepto de “heroísmo” descrito por Lowney. Ser más para servir mejor.
Recientemente, la UP ha creado un Centro de Ética Aplicada, el cual en conjunto con el Centro de Liderazgo ya existente y el Centro de Responsabilidad Social próximo a crear, tendrán la labor de seguir desarrollando marcos conceptuales en base a un proceso de acción – reflexión permanente, de tal forma que nuestros planteamientos sigan recibiendo sustento, y así puedan ser llevados a otras instituciones educativas, organizaciones y/o empresas, logrando de esta forma cumplir nuestra misión fundacional, como lo venimos haciendo desde hace cincuenta años.