El encuentro reunió a prestigiosos think tanks del mundo, incluyendo, como coorganizadores, las tres organizaciones chinas que lideran las actividades del T20 durante 2016, año de la presidencia de China del G20. Ellos son: Institute of World Economics and Politics, Chinese Academy of Social Sciences (IWEP-CASS); Shanghai Institutes for International Studies (SIIS); y Chongyang Institute for Financial Studies, Renmin University of China (RDCY). Por parte de Alemania, la próxima presidencia del G20 en 2017, participó el Economic Policy Forum (EPF). Entre las destacadas instituciones que estuvieron representadas se encuentran: Brookings Institution (Estados Unidos), Korea Institute for International Economic Policy, KIEP (Corea), Gateway House (India), Asian Development Bank Institute (Japón), Real Instituto Elcano (España), Instituto de Investigación Económica Aplicada, IPEA (Brasil), entre otros. En total, 33 expertos entre extranjeros y nacionales se reunieron en esta ocasión. Véase al final de la nota la lista completa de participantes.
Como subrayó la Dra. Rosario Santa Gadea, Directora del Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad del Pacífico, la universidad fue invitada por IWEP-CASS, la institución china líder del T20, para ser coorganizadora y sede de este importante encuentro. Por primera vez, un país latinoamericano no miembro del G20 fue sede de una actividad del T20 durante la presidencia china lo cual es, sin duda, una muestra del interés de dicho país en la región latinoamericana y el Perú en particular.
El taller del T20 contó con la participación del Dr. Julio Velarde, Presidente del Banco Central de Reserva del Perú, en la sesión inaugural, quien dio la conferencia magistral de apertura sobre tendencias y perspectivas de la economía peruana en el contexto mundial. En la opinión de Velarde los factores exógenos han estado afectando el ciclo económico pero la economía peruana mantiene sólidos fundamentos; es necesario, sin embargo, profundizar las reformas estructurales a fin de fortalecer la recuperación del crecimiento potencial.
Las sesiones de trabajo contaron con participaciones muy destacadas de los distintos think tanks posibilitando un enriquecedor debate basado en la comparación de experiencias y perspectivas nacionales e internacionales. Las instituciones multilaterales y agencias de desarrollo participantes en el taller también brindaron su perspectiva, entre ellas el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) quienes, a su vez, hicieron posible el taller gracias a su valioso auspicio.
Tal como lo destacó el Dr. Yuyan Zhang, Director del IWEP-CASS, el T20 es una destacada plataforma académica del G20 que sirve como un banco de ideas generadas por académicos y otros expertos, que pueden ser proporcionadas a los líderes gubernamentales del G20. En este sentido, la institución china elaborará una Minuta del Taller que será alcanzada a la presidencia del G20 y también será dada a conocer en la página web del T20 China como resultado de la reunión de Lima.
Dra. Rosario Santa Gadea, Directora del Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad del Pacífico y Dr. Yuyan Zhang,
Director del Institute of World Economics and Politics, Chinese Academy of Social Sciences (IWEP-CASS)
Algunas ideas-fuerza que dan cuenta del gran interés de los temas tratados en este taller son las siguientes:
El G20 tiene un rol de liderazgo en las acciones colectivas globales por su característica d ser un foro de cooperación formado por los países avanzados y emergentes más grandes del mundo. Esa misión de liderazgo se puede estar reflejando también en la transición que se observa en el G20, pasando de ser un mecanismo de respuesta a la crisis internacional, vinculado fundamentalmente a políticas cíclicas, a convertirse en un mecanismo para la gobernanza mundial a largo plazo, lo que implica promover también reformas estructurales de mayor alcance. Pero ¿cómo se relaciona todo esto con los países en desarrollo, sean estos del G20 o no? El interés de este taller ha sido justamente plantearse esta pregunta fundamental y abordar su análisis tomando en cuenta los Objetivos Globales de Desarrollo Sostenible, aprobados por Naciones Unidas en 2015, que definen la llamada Agenda Global 2030 de Desarrollo Sostenible.
Se ha enfatizado en la necesidad de diferenciar entre los países en desarrollo de ingreso medio y alto (donde se encuentran la mayoría de los latinoamericanos) y los países menos avanzados, de ingreso bajo, por cuanto sus necesidades en materia de financiamiento para el desarrollo y cooperación internacional son muy distintas. Para los primeros, ya no se trata de captar más asistencia oficial al desarrollo, sino más bien atraer mayor inversión extranjera directa, por lo que ésta debe situarse en un lugar preeminente dentro de una nueva agenda de cooperación con estos países.
Asimismo, es necesario privilegiar, entre los objetivos de la Agenda Global 2030, aquellos que conciernen más directamente a los países en desarrollo de ingreso medio o alto. Entre ellos, el taller se focalizó en tres: crecimiento económico, inversión en infraestructura y alianzas para el logro de los objetivos (incluyendo la cooperación Sur-Sur y la integración económica regional). Véase la agenda del workshop con los temas y preguntas clave.
En cuanto al crecimiento económico, los países en desarrollo enfrentan la llamada “trampa del ingreso medio”, en la cual los salarios ya son muy altos para seguir siendo competitivo en producciones intensivas en mano de obra, mientras que la productividad no es lo suficientemente alta para poder competir en producciones con mayor contenido tecnológico. De allí que la tasa de crecimiento se desacelera siendo insuficiente para poder dar el salto al desarrollo. Los retos son: aumentar productividad, incorporar tecnología, desarrollar innovación y reducir desigualdad social. Países como Corea han logrado superar estos desafíos.
No obstante, hay una heterogeneidad de situaciones. Por ejemplo, India todavía no tiene que enfrentar la “trampa del ingreso medio” y su principal reto es el desempleo en lugar del grado de sofisticación que tiene que alcanzar la economía. A pesar de haber crecido en promedio 6% durante los últimos 30 años y haber sido el mayor receptor de inversión extranjera directa en 2015 existen todavía fuertes bolsones de pobreza y desigualdad.
En cuanto a los países latinoamericanos, luego de todo el crecimiento experimentado, su productividad aún representa en promedio la mitad de la de Estados Unidos; entonces hay que fortalecer los pilares del crecimiento y evitar su volatilidad. Algunas tareas pendientes son: mejorar la calidad de la educación, reducir de la informalidad y la desigualdad, promover la inclusión financiera, proveer infraestructura y otros bienes públicos, entre otros.
En cuanto a la inversión en infraestructura, se debatió cómo el G20 y las nuevas instituciones financieras internacionales pueden fomentar el desarrollo de infraestructura más sostenible a nivel mundial. Se estima que 70% de las inversiones en infraestructura requeridas en los próximos 15 años se localizan en los mercados emergentes y las economías en desarrollo debido a la proyección del crecimiento de la población urbana que requerirá sistemas de energía, agua y transporte en las ciudades. Estas necesidades de inversión son mayores al stock actualmente existente. Por tanto, la manera como se realicen inversiones tan significativas tendrá, sin duda, un impacto duradero en el crecimiento, el desarrollo y el planeta.
Si la infraestructura está bien diseñada puede ser favorable al crecimiento inclusivo sin dañar el medioambiente. El papel más importante que el G20 podría desempeñar sería impulsar reformas en el sistema multilateral de financiamiento al desarrollo, con el fin de lograr mayores fondos e inversiones en infraestructura más sostenible. En este sentido, las nuevas instituciones financieras internacionales tienen un papel crucial en adoptar la sostenibilidad como un elemento fundamental de su misión. A nivel nacional, la elaboración e implementación de planes integrales de infraestructura y desarrollo territorial es esencial.
En cuanto a la cooperación financiera y la integración regional, se discutió cómo los países de ingreso medio pueden atraer y canalizar más recursos financieros generando bienes públicos regionales. La categoría del ingreso per cápita no puede ser el único criterio del grado de desarrollo de los países y hay disparidades importantes al interior de los mismos. Por tanto, es necesario pensar una agenda renovada de cooperación internacional con los países en desarrollo de ingreso medio y revisar los criterios para su financiamiento.
De los 26 países miembros del BID, 7 superarán los US$20,000 de PBI per cápita y 11 los US$ 10,000 para 2020. El proceso de graduación hace que los países pierdan elegibilidad para recibir fuentes tradicionales de financiamiento al desarrollo. Entonces, es necesario revisar esos criterios y también analizar las nuevas formas de cooperación que están emergiendo, tales como la cooperación triangular y la cooperación Sur-Sur. En ese contexto, las nuevas iniciativas de integración y cooperación financiera regional que se observan en América Latina podrían constituir plataformas para movilizar más recursos internacionales para el desarrollo.
En suma, el taller puso de manifiesto la importancia de foros como el G20 para contribuir a la gobernanza mundial, abordando temas globales que necesariamente requieren negociación para lograr un balance entre intereses comunes y conflictivos, en el marco de las organizaciones internacionales existentes como las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio, entre otros, conducentes a la provisión de bienes públicos globales.
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