Hoy las empresas, a través de la implementación de sus programas de cumplimiento, con enfoque de prevención, gestión y control de riesgos, deben promover la gestión transparente y responsable por parte de sus trabajadores, sus clientes, sus proveedores y la competencia; teniendo en cuenta las nuevas obligaciones de los directores y altos ejecutivos, la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas, los lineamientos nacionales en materia de libre competencia y las normas medio ambientales, entre otras.
En este contexto, el Compliance tiene como finalidad no solo el cumplimiento normativo interno y externo de empresas a través de la gestión de estrategias corporativas que permitan, entre otras, evitar sanciones administrativas, civiles o incluso penales, sino sobre todo, generar una nueva cultura de hacer negocios basada en la integridad y la gestión responsable.